Union Sovietica.

La bandera de la Union Sovietica.

viernes, 29 de octubre de 2010

Se reorganiza la izquierda del Pais Vasco.


Como exigía la resolución «Zutik Euskal Herria» aprobada en febrero por su base social, la izquierda abertzale está abordando el reto de crear un nuevo referente político y organizativo que pueda trabajar en igualdad de condiciones con el resto de partidos legalizados. La nueva formación en ciernes presenta un proyecto interno y externo democrático, de ámbito nacional e independentista, y comprometido con las vías exclusivamente pacíficas.

La izquierda abertzale está trabajando en la conformación de una fuerza política de ámbito nacional, independentista y socialista, con la que participar en igualdad de condiciones en la relación entre partidos.

Según ha sabido GARA, dicha formación tendría una articulación organizativa democrática y un compromiso público con las vías exclusivamente pacíficas y con el rechazo del uso de la violencia para el logro de objetivos políticos.

En la resolución «Zutik Euskal Herria», las bases determinaron que, para desarrollar su apuesta política, «en el futuro la izquierda abertzale deberá disponer de una formación política legal para la intervención político-institucional, así como para participar en la mesa de partidos políticos donde se logre el acuerdo político resolutivo».

Se añadía que «le corresponderá a dicha formación, sea cual sea su nombre y estructura legal, ser la referencia de todos los independentistas y socialistas de Euskal Herria en la práctica política, de masas, ideológica e institucional a desarrollar en el proceso democrático».

Durante la jornada de ayer, el representante de la izquierda abertzale Txelui Moreno confirmó en una entrevista en Onda Vasca que «se está trabajando para ser legales, para presentar unos nuevos estatutos en Madrid, un nuevo nombre y para estar en las instituciones», aunque sin concretar fechas.

Independentista

La nueva formación política se define abiertamente como independentista y el camino para la consecución de la independencia sería el de concitar la adhesión mayoritaria que pudiera expresarse libremente a través del ejercicio del derecho de autodeterminación. En ese camino, la apuesta expresada por las bases de la izquierda abertzale es la de abrir un proceso democrático, que permita crear los cimientos de un acuerdo entre las diferentes partidos y cuya materialización dé lugar a un escenario en el que todas las opciones políticas puedan ser defendibles y alcanzables.

La vía a la independencia propuesta pasa por la creación, primero, de una autonomía conformada por los cuatro territorios de Hego Euskal Herria que tuviera reconocido el derecho a decidir. Del mismo modo, se plantea la articulación de una autonomía en los tres territorios de Ipar Euskal Herria.

Socialista

En la tradición de la izquierda abertzale, se entronca ese objetivo con la búsqueda de la articulación de un modelo socio-político para Euskal Herria basado en los principios del socialismo identitario y sustentado en la democracia, la libertad, la justicia, la igualdad y la solidaridad.

La apuesta política definida por las bases de la izquierda abertzale establece también que el cambio político debe ir ligado al cambio social «porque unirlos constituye garantía de cambio».

Se considera que «un cambio político sin cambio social sería claramente insuficiente, y el cambio social sin cambio político resulta irrealizable». Por lo tanto, en la resolución «Zutik Euskal Herria» ya quedó fijado que, «además de hacer frente a la injusticia que impone el modelo neoliberal, la lucha de izquierdas que debemos desarrollar orientaría adecuadamente el cambio político y favorecería la acumulación de fuerzas de los trabajadores y los sectores populares». En este contexto, la izquierda abertzale ha hecho en este momento histórico una apuesta decidida por el trabajo en común con el sindicalismo vasco.

Lucha institucional y de masas

Pocas dudas cabe de que el ámbito de trabajo de cualquier nueva formación de la izquierda abertzale se centraría en la lucha ideológica, institucional y de masas.

Su apuesta pasaría además por la acumulación de fuerzas tanto interna como con otras formaciones soberanistas y progresistas, con el fin de conseguir dar un vuelco a la actual correlación de fuerzas en las instituciones y en la sociedad, para la obtención de sus objetivos de manera democrática y en base a la adhesión popular.

En esta línea, es necesario tener en cuenta que la izquierda abertzale tiene suscrito un acuerdo estratégico con Eusko Alkartasuna para «articular un espacio progresista en favor de la independencia».

Además, en los últimos meses viene desarrollando una unidad de acción más o menos estable con EA, Aralar, Alternatiba y Abertzaleen Batasuna en defensa de los derechos humanos, civiles y políticos, y también, en ocasiones, en el terreno social.

Igualdad de condiciones

Evidentemente, en cuanto se presente oficialmente una nueva formación de la izquierda abertzale se abrirá una especie de caja de Pandora declarativa que ya está teniendo estos días su prólogo. En la entrevista publicada recientemente por «El País», el dirigente independentista Arnaldo Otegi afirmaba desde la cárcel que «a la izquierda abertzale se le deben exigir exactamente las mismas garantías y condiciones que a cualquier otra formación política a la hora de registrarnos como partido o movimiento político. Si no es así, seguiremos siendo víctimas de la aplicación arbitraria y antidemocrática de auténticas leyes de excepción».

En cuanto a los intereses que se esconden detrás de que la izquierda abertzale esté en la ilegalidad, Arnaldo Otegi apuntaba que «la única y verdadera razón para intentar no legalizarnos e impedir nuestra presencia en las elecciones es sencillamente porque nuestra sola presencia en los comicios provocaría el derrumbe y caída, como un castillo de naipes, de toda la realidad virtual que se ha construido en torno al `cambio' en la CAV. Simplemente, porque volvería a quedar en evidencia una vez más la existencia de un bloque popular mayoritario en claves nacionales vascas y autodeterministas».

En cuanto a la posibilidad de que una continuidad de la ilegalización pudiera arrastrar a la izquierda abertzale a su desaparición, Arnaldo Otegi respondió en esa misma entrevista con un «rotundamente no, y la prueba más evidente es que tras largos años de persecución, detenciones e ilegalizaciones, hoy seguimos estando no sólo presentes, sino que además estamos marcando, en buena medida, la agenda política de nuestro país».

Demanda mayoritaria

La demanda de que el Estado español admita la legalización de una formación de la izquierda abertzale es social y políticamente mayoritaria en Euskal Herria.

De manera individual, PNV, EA, Aralar, EB, Alternatiba y AB han recamado reiteradamente al Gobierno español que ponga fin a las ilegalizaciones y que posibilite que la izquierda abertzale pueda hacer legalmente efectiva su apuesta por las vías políticas. También ELA, LAB y el conjunto de la mayoría sindical se ha pronunciado en este sentido.

Y conviene recordar que, entre los derechos civiles y políticos reivindicados por la multitud que el pasado 2 de octubre se manifestó en las calles de Bilbo, figuraba la exigencia expresa de «legalización inmediata de partidos y organizaciones ilegalizadas, y consecuente desactivación de los procesamientos, juicios y sentencias correspondientes».

Basagoiti pide una «cuarentena» y que no se les legalice «aunque digan misa»
El presidente del PP de la CAV, Antonio Basagoiti, pidió ayer «contundencia» al Gobierno español para impedir que la izquierda abertzale concurra a las elecciones municipales y forales del próximo año y afirmó que, aunque ETA declare una tregua, desaparezca o se disuelva, habría que ponerla en «cuarentena» al menos cuatro años para confirmar «si es verdad que apuestan por el Estado de Derecho». «Aunque [la izquierda abertzale] diga misa, no debe presentarse a las elecciones municipales», enfatizó Basagoiti, en un desayuno organizado por la revista «Vanity Fair».

Basagoiti intentó explicar que ese período de cuarentena sería «la mejor garantía» para demostrar que «su condena de la violencia» es «cierta y veraz» y no una nueva «trampa» para volver a las instituciones. «Pedimos que ETA desaparezca y nos dé un tiempo para demostrar que es verdad», subrayó.

Resulta evidente que un periodo de cuatro años, precisamente, garantizaría al PP afrontar todo un ciclo electoral (municipales y forales de 2011, españolas de 2012 y autonómicas de la CAV 2013) sin la incómoda presencia de la izquierda abertzale, lo que en el caso de las municipales, forales y autonómicas le permitiría tratar de volver a reeditar mayorías trampeadas en estas instituciones.

El dirigente del PP afirmó también que no le gusta la «dinámica» en la que en su opinión ha entrado el PSOE y criticó que sus dirigentes estén en la política del «palo y la zanahoria», de forma que un día aplauden una operación contra ETA y al día siguiente dicen que «algo está cambiando en el mundo de Batasuna». Basagoiti dijo que esa política «no es la necesaria» porque es «un grave error dar esperanzas a ETA y a Batasuna».

miércoles, 27 de octubre de 2010

¿Quien es Liu Xiaobo?.


Varios días han transcurrido desde el otorgamiento del premio Nóbel de la Paz a Liu Xiaobo, pero la prensa occidental sigue sin dar a conocer las ideas que defiende este personaje. Es porque se ha conferido el premio Nóbel de la Paz a un nostálgico de la colonización que es partidario de la intervención de los ejércitos occidentales para aplastar la cultura china.

En 1988, Liu Xiaobo declaró en una entrevista que China tenía que mantenerse sometida a 300 años de dominación colonial para convertirse en un país decente, de corte evidentemente occidental.
En 2007, Liu Xiaobo reafirmó su tesis y se pronunció a favor de una privatización radical de toda la economía china.

No estoy haciendo más que repetir las informaciones provenientes de un artículo de Barry Sautman y Yan Hairong publicado en el South China Morning Post (Hong Kong) [1], que no es precisamente un diario favorable a las posiciones de Pekín. Por el contrario, en ese mismo artículo se critica al gobierno chino por haber castigado una opinión, por muy «ignoble» [Juego de palabras intraducible entre el nombre del premio y el término inglés que designa algo vil, bajo o abjecto, NdT.] que fuera, con la cárcel y no con la crítica.

Quisiera, por mi parte, hacer aquí algunas observaciones. Los manuales de historia occidentales señalan que las guerras del opio abrieron el periodo más trágico de la historia de China. Un país que gozaba de una antiquísima civilización fue entonces literalmente «crucificado», escriben eminentes historiadores. A fines del siglo XIX, las muertes en masa por inanición se convierten en algo común y corriente. Pero, según Liu Xiaobo, aquel periodo colonial no fue lo bastante largo. ¡Tenía que haber durado tres veces más!

Lo menos que se puede decir es que nos encontramos ante una forma de «negacionismo». Occidente no vacila en mandar a la cárcel a los «negacionistas» cuando se trata de negar de las infamias perpetradas contra el pueblo judío, ¡pero entrega el «Nóbel de la Paz» a los «negacionistas» que niegan las infamias que cometió el colonialismo contra el pueblo chino! Por desgracia, la posición de la izquierda no es muy diferente.

Esa misma izquierda se cuidó mucho de condenar en su momento la detención de David Irving y de otros representantes de esa corriente, que aún están en prisión, pero ahora se dedica a cantar alabanzas a favor de Liu Xiaobo.

Este último no se ha limitado, por cierto, a expresar opiniones, por muy «ignobles» que sean, como reconoce el South China Morning Post). Luego de pronunciarse, en 1988, a favor de tres siglos de dominación colonial en China, al año siguiente volvió corriendo (¿por iniciativa propia?) de Estados Unidos a China para participar en la revuelta de la plaza Tiananmen y comprometerse a realizar su sueño [2].

Y sigue trabajando para realizar su sueño, como lo demuestra una entrevista concedida en 2006 a un periodista sueco, entrevista en la que celebra la guerra estadounidense contra Irak como medio de exportación de la democracia. O sea, estamos en presencia de un personaje que invoca directamente la dominación colonial contra su propio país y también, indirectamente, la guerra de agresión.

Un sueño que le ha valido tanto hallarse detenido en las prisiones chinas como recibir el «Premio Nóbel de la Paz».

lunes, 25 de octubre de 2010

La pobreza vuelve a España.




El estudio revela también que el 20,8% de la población residente en España (una de cada cinco personas) está por debajo del umbral de pobreza relativa, estos es, vive con ingresos por debajo del 60% de la media del país. Este porcentaje de personas ha subido más de un punto en el último año, en que la cifra fue del 19,5%. La encuesta también revela que los ingresos medios anuales de los hogares españoles alcanzaron los 25.732 euros en el 2009, lo que supone una disminución del 2,9% respecto al año anterior. El ingreso medio por persona alcanzó los 9.627 euros, un 2,4% menos que el año pasado, en que se situó en 9.865 euros.

Más familias morosas

También ha subido el número de hogares que tienen retrasos a la hora de pagar gastos relacionados con la casa --como por ejemplo la hipoteca, el gas o la luz--, que ahora son el 7,5%, mientras que hace cinco años eran el 4,7%. De hecho, el porcentaje de hogares que no se puede permitir ir de vacaciones fuera de casa ni siquiera una semana al año se sitúa en el 39,7%, con un aumento de 0,8 puntos respecto al 2009.

Los datos reflejan una importante diferencia por edades. Así, la mayor tasa de pobreza relativa corresponde a los mayores de 65 años, a los que afecta en un 24,6%, seguido muy de cerca por los menores de 16 años, el 24,5% de los cuales vive por debajo del umbral de la pobreza relativa.

Extremadura, en cabeza

Por otra parte, el INE también ha hecho públicos los resultados definitivos de la misma encuesta correspondiente al 2009 que revelan que la tasa de pobreza relativa fue del 19,5% y que, por comunidades autónomas, Extremadura (con el 36,2%) y Andalucía (con el 29,3%) presentaban las mayores tasas de pobreza relativa del país. Por el contrario, las comunidades con menor proporción de población por debajo de dicho umbral fueron la Comunidad Foral de Navarra (7,4%) y País Vasco (9,4%).

viernes, 22 de octubre de 2010

¡¡¡Viva la Desigualdad!!!


Aprobada la Ley de Ingresos para 2011, los diputados y los partidos políticos a los que pertenecen confirmaron una sola cosa, por si existiera alguna duda: no tienen la mínima intención de modificar el estado de cosas, de corregir la profunda desigualdad en el país, de promover mayor recaudación fiscal por la vía de cobrar impuestos a quienes forman parte del selecto grupo que goza del institucionalizado paraíso fiscal en que han convertido a México.

El "arte de la negociación" de los diputados –como rimbombantemente calificó un legislador priísta el resultado de la Ley de Ingresos para el próximo año– no es otra cosa que la firme decisión de mantener las cosas intocadas, de exprimir más a los contribuyentes cautivos, de tener la cara dura para decir en público que se aprobó en "beneficio de las mayorías y a favor del crecimiento económico". En realidad, lo único que hicieron fue ampliar la enorme brecha de desigualdad existente en el país y favorecer a los de siempre. Sirva de ilustración que 40 por ciento de la población más pobre se queda con 12 por ciento del ingreso nacional, mientras el 10 por ciento de la población más rica acapara el 38 por ciento.

Quienes aprobaron la citada ley aseguran que así saldrá el país del hoyo en el que se mantiene desde hace tres décadas, es decir, presumen lo mismo que machaconamente han manifestado a lo largo de esos mismos 30 años cada que, año tras año, palomean el paquete de ingresos. En ese periodo la tasa anual promedio de "crecimiento" a duras penas alcanza 2 por ciento, una proporción tres tantos inferior a la mínima requerida para que México efectivamente comience a salir no del hoyo, sino del profundo cráter en el que lo han hundido los mismos partidos políticos y sus representantes que para 2011 auguran, ahora sí, "crecimiento" y "bienestar" para la mayoría.

Todo lo anterior trae a la memoria un análisis de la Cepal, en el que se subraya que "la estructura tributaria de los sistemas impositivos constituye uno de los factores que contribuye a mantener una desigual distribución del ingreso; por ello, es necesario aumentar la carga de aquellos tributos que inciden sobre los sectores con mayores recursos", es decir, lo contrario con respecto al proceder, desde hace 30 años, de los diputados mexicanos, con todo y "arte de la negociación".

La desigualdad secular que padecen América Latina y el Caribe, remarca la Cepal, hunde sus raíces en nuestra historia, remontándose a los privilegios de las elites en los tiempos coloniales, y la negación de derechos en función de categorías raciales y estamentales para la inmensa mayoría del resto, hecho que confinó a gran parte de la población del continente a la esclavitud en aquel periodo. En la época republicana los privilegios siguieron reproduciéndose por medio de otras diversas maneras (desigual acceso a la propiedad de la tierra, concentración de la riqueza mobiliaria, escaso desarrollo de la salud y la educación pública, discriminación racial, etcétera); finalmente, el patrón de desarrollo y modernización perpetuó las brechas socioeconómicas basadas en el origen racial y étnico, la clase social y el género. Por su parte, la estructura productiva y las oportunidades educativas consagraron patrones de reproducción de la desigualdad, y en gran medida lo siguen haciendo.

La región –con México como adalid– presenta un nivel de desigualdad en la distribución personal del ingreso que es sustancialmente más alto que en otras regiones del mundo, con un coeficiente de Gini medio de 0.53, que prácticamente no se ha modificado en los últimos 20 años. Se ha documentado la situación de grave desigualdad, donde la totalidad de los países latinoamericanos tienen un índice de Gini superior a 0.4 y en la mayoría de ellos el indicador se eleva por encima de 0.5. De hecho, "la nación menos desigual en América Latina es más desigual que cualquier integrante de la OCDE o cualquier país de Oriente Medio o África del Norte". De ese tamaño ha sido el resultado del "arte de la negociación".

Un rasgo distintivo de la desigualdad en la región es la elevada fracción del ingreso que capta el estrato más alto, es decir, el 10 por ciento de los hogares más ricos. En promedio, este grupo concentra 35 por ciento de los ingresos totales (38 por ciento en México). En el otro extremo, el estrato conformado por el 40 por ciento de los hogares de menores ingresos capta en promedio 15 por ciento del ingreso total (12 por ciento en México), alcanzando los valores más bajos en Honduras, donde no ronda el 10 por ciento. Por otra parte, si bien las brechas entre los deciles intermedios no son tan pronunciadas, entre el decil de más altos ingresos y el que le sigue, la brecha es muy significativa. Mientras en los países europeos el ingreso del décimo decil supera en 20 o 30 por ciento al del noveno, en América Latina esta distancia suele ser mayor a 100 por ciento, y en algunos casos se acerca a 200 por ciento.

En México los gobiernos federal y estatales, los partidos políticos y sus legisladores no dejan de presumir el "creciente gasto social" que se destina "a los que menos tienen". Lo cierto es que ese volumen de recursos públicos para lo único que ha servido es para mantener medianamente vivos a los pobres, concretar pingües negocios particulares en nombre de la pobreza y amarrar el voto de los depauperados a favor de los gobernantes y sus respectivos partidos políticos, dependiendo quién maneje la chequera. Es, en fin, el "arte de la negociación", el reparto del pastel entre los de siempre y a favor de los de siempre.

Pobrecitos panistas, no tienen remedio. En el IFE partidizado y por instrucciones del inquilino de Los Pinos, los blanquiazules obligaron la "comparecencia" de Andrés Manuel López Obrador ante la dirección jurídica del organismo, bajo la falsa premisa de que se requiere un tercero para denigrar a la institución presidencial. Qué chiquitos, porque si lo hubieran pensado un poco les habría quedado claro que para eso basta y sobra el propio Felipe Calderón, quien no ha hecho otra cosa que deshonrar a la institución que dice representar, y de paso destrozar al país. Pero bueno, todo tiene su lado positivo: la borregada bicolor no sólo promueve al Peje, sino que le da tribuna nacional y le permite presentar propuestas que el deteriorado Instituto Federal Electoral debe atender de inmediato: si a Andrés Manuel le exige "pruebas documentales de su patrimonio e ingresos", ahora está obligado a hacer lo propio con Carlos Salinas, Elba Esther Gordillo y Enrique Peña Nieto, cuando menos. Porque se trata de transparencia, no de grilla electoral. ¿O no?

lunes, 18 de octubre de 2010

Algo sobre los Medios de Comunicacion.


El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se enfrenta a los medios de comunicación de su país por las operaciones que descargan contra la candidata petista Dilma Rousseff: “Ya no tienen más aquel negocio de decir que si salió en la televisión es verdad, eso acabó. Es verdad cuando es verdad. Pero el pueblo sabe cuándo es mentira, el pueblo sabe cuándo ellos están intentando mistificar cosas, crear cosas nuevas”. Desde Ecuador, Rafael Correa plantea: “El viejo poder derrocado se atrincheró en algunas empresas de comunicación privadas para, desde la ilegitimidad de los poderes fácticos, tratar de hacer daño a un gobierno de verdadera representación popular”. El primer mandatario uruguayo José Mujica apela a la conciencia de la opinión pública y les pide “que no se dejen intimidar o arremolinar por gritos fuertes de medios de prensa que insisten con campañas machaconas”.

Las tres declaraciones muestran que hoy el debate sobre el rol de los grandes multimedios trasciende las fronteras nacionales y está en el centro de la escena política latinoamericana. Sin embargo, muchos análisis periodísticos operan con una doble reducción de las distintas variables que entran en juego en la discusión. Por un lado, eliminan los antecedentes históricos de los conflictos que se puedan dar entre los medios y los gobiernos. Por otro, buscan restringir el debate a dimensiones puramente nacionales. Ambos recortes presentan cualquier avance normativo en un capricho repentino, que no tiene antecedentes históricos ni geográficos.

Las tensiones entre los gobiernos y los medios de comunicación surgen desde la propia constitución de la prensa a fines del siglo XVII. Pero especialmente a partir de la segunda mitad del siglo XX, los medios de comunicación se convirtieron en una industria central del sistema capitalista, captando grandes masas de inversores debido a su rentabilidad creciente. La concentración de la propiedad incrementó el poder de negociación de los grandes conglomerados frente al poder político. Así se expandió una fuerte tendencia ideológica que busca legitimar una supuesta “no intervención” del Estado en la regulación de los sistemas de medios.

Figura central de la sociología actual, el pensador polaco Zygmunt Bauman recuerda en su libro En busca de la política la división que existía en la polis griega entre las esferas de la ecclesia –la zona institucional de la política, el lugar de los poderes estatales–; del oikos –el espacio de la propia subsistencia y de la intimidad–; y del agora, la zona asociativa pero no estatal donde es posible la deliberación entre las personas privadas sobre los asuntos comunes.

Conformada como zona de diálogo entre lo público y lo privado, el agora está atravesado por una tensión constante. Históricamente se registra la tendencia totalitaria de los gobiernos de aniquilar la esfera público/privada e instaurar un monólogo del poder. Se trata de la intención de silenciar a la opinión pública y los medios de comunicación e instaurar asimetrías entre representantes y ciudadanos.

Bauman advierte que, sin embargo, las principales invasiones hoy se producen en la zona de proximidad entre el agora y el oikos: “El agora, como antes, sigue siendo un territorio invadido, pero esta vez los roles se han invertido y las tropas invasoras se apiñan en el límite de lo privado; pero, a diferencia del caso en que ‘lo público’ era representado por el Estado que creaba y hacía cumplir las leyes, esta vez los invasores no son un ejército estable con cuartel general y mandos unificados, sino más bien una tropa indisciplinada, variada y sin uniforme”. Se refiere, claro, a la pérdida del poder de los gobiernos en manos de un capitalismo líquido y deslocalizado.

Las palabras del pensador polaco, entonces, muestran que es necesario repensar las relaciones entre los gobiernos y el poder empresarial y mediático, en una era donde poder y política parecen haberse desligado. También obliga a redefinir el rol del periodismo en tanto “guardián de los derechos ciudadanos”. En muchos casos, parecería inadmisible que los mismos periodistas que no dudan en dar a conocer la intimidad de los políticos se animen a divulgar las informaciones sobre asuntos públicos que involucran a ciertos sectores empresariales. Hoy el verdadero periodismo comprometido debería también poner el foco sobre ese verdadero poder que se refugia bajo la invisibilidad. Aunque, en algunos casos, implique afectar los intereses de las empresas para las que trabajan.

jueves, 14 de octubre de 2010

El ascenso de las incertidumbres.


“Creer en el progreso social es pensar que mañana será mejor que hoy y que, por lo tanto, se puede apostar desde ahora a esa mejora todavía venidera y actuar en consecuencia”, sostiene al comienzo de El ascenso de las incertidumbres el catedrático francés Robert Castel. A principios de los años 70 podíamos todavía creer en ese progreso; es decir contar con el propio trabajo, contraer con confianza préstamos para una vivienda, tener la certeza de que los hijos contarían con una situación profesional muy superior a la que viven sus padres. Pero hoy la situación habría cambiado radicalmente, al menos en el análisis de la sociedad francesa a la que se refiere Castel. Las sucesivas crisis con las que se intentó explicar la situación responden, según Castel, a que “salimos del capitalismo industrial y entramos en un nuevo régimen capitalista que sin duda es menos importante nombrar que comprender cómo y en qué medida afecta las maneras de producir y de intercambiar y los modos de regulación que se habían impuesto bajo el capitalismo industrial”. Ese capitalismo industrial “al final de su período de mayor desarrollo, había llegado a promover una gestión regulada” de las desigualdades sociales, poniendo en juego “un principio de satisfacción diferida en función del cual cada grupo, llegado el momento, puede programar la mejora de su condición. Debido a eso, la radicalidad de los conflictos es desactivada en el presente (nunca se juega a todo o nada) y llegado el caso hasta se puede anticipar una reducción progresiva de las desigualdades. Como mañana será mejor que hoy, ya no hay que encarar una lucha final, y desde ahora cada categoría social ve cómo mejora su situación y se consolidan sus conquistas...”.

Pero ahora la transformación habría sido decisiva con el derrumbe progresivo de la sociedad salarial, provocando un peligroso estremecimiento en la estructura misma de la sociedad. Aunque se trata de un proceso abierto, es evidente que Castel no mira con demasiado optimismo lo que puede aparejar la precarización de las relaciones de trabajo, la descolectivización y la ubicua exhortación a afianzar el individualismo. Sin embargo, “la situación actual no está totalmente gobernada por un determinismo económico que iría en el sentido del arrasamiento de los derechos del trabajo y de la protección de los trabajadores. Más bien está caracterizada por la coexistencia de varios parámetros que ejercen presiones contradictorias. Y el “factor humano’ es sin duda el más imprevisible’”.

lunes, 11 de octubre de 2010

El subversivo Liu Xiaobo,ante los subversivos españoles.


Y es que la Institución gusta premiar a sospechosos y provocar a los países socialis­tas. Menuda ecuanimidad...

Liu perteneció a una organización subversiva desde 2003. En 2009 fue arrestado, procesado y condenado a 11 años de cárcel por "incitar la subversión contra el poder del Estado". Que dé gracias por no haber sido fusilado, pues la subversión organizada más o menos clandestina es un gravísimo delito en todas partes. Lo que ocurre es que en occidente y especialmente en España, la discrepancia se enmascara en subversión y la subversión se reboza en otros delitos más graves todavía, aun inexistentes, para los que bastan los testi­monios policiales; como son el terrorismo, la apología del terrorismo y la pertenencia a banda armada…

Por otro lado, es encomiable mirar por la libertad y los derechos huma­nos. Pero para ser convincente un país exigiendo a otra nación so­berana que respete la libertad y esos derechos, tendrá que empe­zar por respetar la libertad de opinión y los derechos humanos en su casa propia. Sin embargo, es mundialmente sabido que en los esta­dos burgue­ses, principalmente en Estados Unidos y en España, en el mismo pa­quete de “terrorismo” de mayor o menor intensi­dad se mete todo lo que pone en evidencia al Estado, al sistema, a los me­dios de comunicación y a las clases sociales dominantes.

Decía Voltaire que la libertad de todo un pueblo no merece el derra­mamiento de una sola gota de sangre. Pues, desde la perspec­tiva del Estado chino, la libertad de Liu Xiaobo no vale el respeto a la voluntad política de mil millones y medio de ciudadanos que no son Liu Xiabo y están conformes con un gobierno y un sistema que les está conduciendo a ser poco a poco la primera potencia mundial.

De manera que, en todos estos aspectos, el socialismo chino y el ca­pitalismo burgués funcionan en último término bajo el mismo princi­pio de quitarse de encima a los indómitos. Nada, pues, ten­drían que echarse en cara. Pero a diferencia de las democracias socia­listas, las burguesas -y la institución de los Nobel pertenece a ellas- vigilan beneficiar a los dueños del poder, sea institucional o eco­nómico, y dan prioridad a las usurpaciones individuales sobre los de­rechos sociales.

Por otro lado no crean el Estado y los medios que no nos damos cuenta de que aquí no se califica de disidentes, ni siquiera de subversi­vos a los que se encarcela por motivos políticos. Disidente es, para ellos, el depurado, injustamente, por los estados socialis­tas. Y cuando los medios hablan por aquí de derechos humanos, nunca se refieren a los atropellos sufridos por los detenidos y encarcela­dos en las prisiones españolas.

En España sabemos mucho de la disidencia real o prefabri­cada por el poder, sin que medie para nada terrorismo:

En la madrugada del 14 de julio de 1998, el juez Baltasar Garzón or­denó el cierre cautelar del periódico y la emisora de radio, así como el arresto de varios responsables de "Orain, S.A.", a los que acusó de integración en banda armada. En virtud de la legislación antite­rrorista aún están en la cárcel 5 administradores de Egin.

Y precisamente está caliente la noticia de que la Audiencia Nacio­nal ha ordenado detener a 46 procesados del "caso Ekin"; caso que relaciona a medio mundo vasco con ETA. A cinco de los arrestados se les han impuesto penas de entre 12 y 18 años de prisión; penas que, por cierto, superan a los 11 a que ha sido condenado este misera­ble chino al que probablemente ha lavado el cerebro la inteligen­cia yanqui. Y en el País Vasco hasta se persigue a quienes homenajean a sus presos.

¿Qué diría España, pues, si galardonaran con el Nobel de la Paz a uno de los muchos recluidos en sus cárceles por luchar contra los abu­sos de poder en Euzkadi o fuera de él?

Hay que estar ciegos de ideología y mutilados del entendimiento para ver razón suficiente en el encarcelamiento y condena de los geren­tes de un periódico, y no verla en la subversión organizada de un Liu Xiabo que se ha dedicado a minar la paz, el orden y las institucio­nes del Estado chino desde el año 2003. ¿Acaso no po­drían las autoridades chinas haber acusado de pertenencia a banda terrorista a Liu Xiabo, y sin embargo no lo han hecho? Si el delito de subversión es recurrente para acusar a los críticos con Pekín, en Es­paña la martigala recurrente es acusar a los críticos con Madrid de terro­ristas, de apologistas del terrorismo y de “pertenencia a banda armada”. ¿Dónde está la diferencia? Por lo menos tengan la ver­güenza de callarse políticos y medios…


Jaime Richart en Kaos en la Red

sábado, 9 de octubre de 2010

Mario Vargas Llosa.


Sarah Palin a la política o Arnold Schwarzenegger al cine, un producto apresurado. Un Knut Hamsun señorón, un Ernesto Giménez Caballero de columna arrogante y desquiciada.

El nobel es un matadero para la palabra, la da hidalguía de salón y cambia al escritor, por un patricio del texto. Ese premio de academia, no puede acabar en la actualidad, en la pluma de Juan Gelman, no se estimula la búsqueda poética de una nieta desaparecida de golpe de estado de Junta militar, sino el acatamiento del orden de editorial y patrono, mediante la prosa.

Vargas Llosa quiso que le votaran en Perú como un nuevo Virrey José de la Serna y se puso nacionalidad de la España Burguesa y corazón de las FAES.

Paso de chulo praxeologíco a su novelado Ricardo Arana de la Ciudad y los Perros, se ultimó de “visitadora” del Neoliberalismo, donde este en peligro.

La Europa oxidada de Ángela Merkel, se vierte en el Danubio y Don. Mario, escribe con ese barro rojo húngaro.

jueves, 7 de octubre de 2010

Noticia del Diario La Jornada.


Periódico La Jornada
Jueves 7 de octubre de 2010.
Andrés Manuel López Obrador respondió ayer a Felipe Calderón: “Es lamentable que quien fue impuesto por la funesta camarilla culpable de la tragedia nacional, en vez de pedir perdón a los mexicanos por el desastre actual siga optando por la mentira, la confrontación y la ofensa a millones de mexicanos que no se dejaron engañar, a los que llama ‘fanáticos’ porque, en uso de sus derechos y libertades, siguen expresando su decisión de transformar a México por la vía pacífica”.

Durante la presentación de su libro La mafia que se adueñó de México… y el 2012, afirmó que dará respuesta a las afirmaciones que hizo Calderón el martes pasado, cuando insistió en que López Obrador sí “es un peligro para México”.

Acerca de esa frase, acuñada por los publicistas Dick Morris, de Estados Unidos, y Antonio Solá, de España, de que “yo era un peligro para México”, dijo que esa expresión “fue eficaz para manipular e infundir miedo en algunos sectores, porque la mafia del poder controla a la mayoría de los medios de comunicación –sobre todo a la televisión y, en particular, a Televisa– que se encargan de repetir mentiras para tratar de convertirlas en verdad, como se hacía en la época de Adolfo Hitler”.

El ex candidato presidencial del PRD en 2006 precisó que en una sociedad democrática, “con medios de comunicación no sometidos a grupos de intereses creados, dicha frase no tendría ninguna relevancia. Tan es así que luego del fraude electoral de 2006 en Estados Unidos el mismo publicista Morris, asesor de John McCain, candidato a la presidencia por el Partido Republicano, aplicó las mismas palabras y dijo que (Barack) Obama era un peligro para Estados Unidos, y como allá existe más pluralidad en el manejo de medios de comunicación, no tuvo ningún efecto”.

En la Alameda Central, donde se realiza la Feria Alternativa del Libro, López Obrador puntualizó que “esa frase –AMLO sí “es un peligro para México”– no refleja la realidad del país y es burda y ofensiva, al grado de que ni siquiera me atrevería a usarla contra Calderón, como nunca lo he hecho, repitiendo que ‘Calderón es un peligro para México’, a pesar de que han perdido la vida cerca de 30 mil mexicanos por su irresponsabilidad e ineptitud”.
Ante cientos de personas que acudieron a la presentación de su libro, López Obrador aseveró que, “con absoluta seriedad y bajo protesta de seguir actuando con honestidad y congruencia, sostengo que si no nos hubiesen robado la Presidencia de la República en 2006 no sería Brasil el ejemplo de desarrollo y buen gobierno, sino nuestro querido México.

“Si se hubiese respetado el voto ciudadano, en nuestro país habría crecimiento económico, empleo, bienestar, tranquilidad y seguridad pública.”

Agregó que, como desgraciadamente se impuso “a la mala el grupo de potentados que no piensa en el país ni le importa el destino del pueblo, se continuó con la corrupción, con la política de pillaje, y hoy estamos padeciendo las consecuencias y atravesando por una de las peores crisis de nuestra historia”.

El ex jefe de Gobierno del Distrito Federal aseguró: “Vamos a seguir con la lucha hasta lograr un verdadero cambio. Para eso contamos con el apoyo de millones de mexicanos.

“Mantengo una inquebrantable fe en la causa que defendemos y estoy convencido de que el cambio vendrá y no lo van a impedir ni la mafia del poder ni Salinas, ni Televisa ni Peña Nieto, ni el PRI ni el PAN ni sus voceros, ni los sembradores de veneno ni sus políticos paleros”.

Concluyó: “Más temprano que tarde habrá un despertar ciudadano y el pueblo tomará conciencia de que es más fuerte y más poderoso que sus opresores. Esos son mis principios y mi convicción”.

martes, 5 de octubre de 2010

Juan Molinar Horcasitas,secretario de cominicaciones y transportes.


Con ánimo propositivo, no es mala idea que Juan Molinar Horcasitas asista a sus futuras comparecencias ante el Legislativo avituallado con enorme paraguas y gabardina de grueso calibre, porque cada que se presenta ante diputados y/o senadores el baño de mierda que le toca resulta de mayor volumen que el inmediato anterior, dado su creciente historial de excesos, dislates e imprudencias, por decir lo menos. Lo deseable sería que ya no compareciera, aunque para ello el inquilino de Los Pinos debería quitarle el hueso, lo que obviamente no sucederá.

De entrada, no pocos legisladores le recordaron su responsabilidad en el caso de la guardería ABC de Hermosillo; 49 niños muertos, en cuyo recuerdo ayer se guardó un minuto de silencio en las instalaciones de San Lázaro, con el soberbio Molinar Horcasitas presente. Que él no fue, que ya lo eximió la investigación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (en realidad la investigación de la SCJN, la del ministro Zaldívar, lo señala documentada y reiteradamente como uno de los principales responsables del incendio y la muerte de esos niños, y lo que hizo la mayoría de los ministros fue garantizarle impunidad); que la quiebra de Mexicana de Aviación fue bronca de los empresarios a quienes el gobierno de Fox les regaló la aerolínea; que es falso el subejercicio presupuestal que le achacan a la dependencia a su cargo; que la licitación 21 no es un regalo para Televisa, sino el negocio del siglo para el erario; que Mony de Swaan es una eminencia y no fue impuesto en la presidencia de la Cofetel; que todo en él es perfecto; y que, en síntesis, México es un país privilegiado por tenerlo como secretario de Comunicaciones y Transportes (aunque nada sepa del tema), por obra y gracia del inquilino de Los Pinos.

Qué modestia de este funcionario de fantasía que acusa a otros de soberbia e inmoralidad y reclama para sí aplausos y laureles. Tal vez sea un excelente negocio vender a Molinar Horcasitas en lo que él cree que vale, porque con ello se pagaría la deuda mundial y habría remanente. El problema es que si alguien lo comprara, lo que es dudoso, pagaría por lo que realmente vale, de tal forma que no alcanzaría para comprar un chicle. De hecho, es tanto su carisma que un panista, Javier Corral, le dijo que "es el funcionario que más arriesga la imagen del gobierno y el que más cuesta al prestigio político de Acción Nacional" (es cuestionable está afirmación, porque en este sentido el inquilino de Los Pinos se lleva las palmas).

Otro diputado recordó que a 16 meses de distancia, la Procuraduría General de la República todavía "no encuentra" a Juan Molinar Horcasitas para entregarle en mano una notificación sobre una denuncia en su contra relacionada con la muerte de 49 niños en la guardería ABC de Hermosillo. De hecho, este legislador hizo público el anuncio de que el interfecto estaba allí, sentado frente a un grupo de inquilinos de San Lázaro, que allí permanecería por varias horas y que aparecía en la transmisión en vivo que realizaba el Canal del Congreso, para ver si alguien le avisaba al procurador Chávez y éste, en consecuencia, le entregaba la citada notificación. Pero no pasó nada, porque el titular de la PGR está muy ocupado en el asunto del diputado Godoy como para pensar en cosas nimias. Si actuara con la misma decisión en el caso ABC, probablemente varios funcionarios estuvieran en la cárcel, comenzando por el que ayer compareció.

Sobre la quiebra de Mexicana de Aviación, el iluminado Molinar Horcasitas consideró que “la estrategia de expansión de la aerolínea fue equivocada, lo cual la llevó a estar en la situación en la que hoy se encuentra; es una empresa que tomó decisiones de negocios distintas a las que tomaron otros, asumió una decisión de riesgo en el periodo en el que la industria aérea mundial se estaba reduciendo, y ellos decidieron expandirse… No es la primera vez que en la industria aérea mexicana las empresas que compiten en ella tienen que salir del mercado, ya sea por fusiones o por quiebras; esto sucede en esa industria y está sucediendo en estos momentos en todo el mundo”. Ni una palabra de la falta de inversión por parte de Gastón Azcárraga (una de las condicionantes para entregarle la empresa en diciembre de 2005 y otorgarle la concesión), de la muerte inducida de este consorcio, de la permanente mutilación de los contratos colectivos, la reducción de salarios y la cancelación de puestos de trabajo. Esa fue la "inversión" real, pero de esto ni una palabra. Se animó a decir que "las líneas aéreas mexicanas han superado el impacto que registraron por la crisis aérea, económica y por el virus de la influenza, ya que actualmente operan con números positivos". En el sexenio calderonista cuando menos cuatro aerolíneas han desaparecido (Aviacsa, Aerocalifornia, Alma y Azteca), sin contar Mexicana de Aviación, y ahora Click y Link.

También revivió al Registro Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil, el fallido Renaut: a la fecha, dijo, 71.4 millones de celulares están inscritos, lo que quiere decir que alrededor de 15 millones de aparatos se registraron fuera del plazo legal (venció el domingo 11 de abril de 2010 a las 16 horas). Eso sí, no hizo referencia al tráfico ilegal de la base de datos de este creativo mecanismo de "seguridad" para la ciudadanía, pero se refirió a una "segunda fase" de este registro "para asegurar la información que ya se tiene inscrita", porque "es un instrumento de política de seguridad en el país".

Como se ha convertido en un esmerado coleccionista de demandas judiciales, Molinar Horcasitas tampoco hizo referencia a la más reciente, la presentada en su contra por los trabajadores de Mexicana de Aviación, quienes interpusieron una denuncia penal en contra del secretario de Comunicaciones y Transportes por "cometer irregularidades al no haber decretado la requisa de la compañía y con ello beneficiar a Aeroméxico, cuyo capital está integrado al 25 por ciento por recursos de Citigroup".

En fin, desoyó cualquier queja o señalamiento por la desaseada licitación 21, sus favores a Televisa, la imposición de Mony de Swaan, el subejercicio presupuestal, la falta de supervisión de las concesiones, por la falta de resultados, etcétera, etcétera. Eso sí, se quejó de la soberbia de los legisladores. El problema es que con la comparecencia nada se resolvió, nada se corrigió, y el estado de cosas sigue igual, con el elevado costo que ello significa al país.

domingo, 3 de octubre de 2010

Las izquierdas y Lopez Obrador.



En innumerables ocasiones me he visto en el trance de atender a la curiosidad de colegas y amigos latinoamericanos que me inquieren sobre la terrible debilidad de la izquierda mexicana, su desorganización y carencia de proyecto. Por supuesto, su visión de la izquierda se centra en la trayectoria que ha seguido el PRD en los últimos años y la situación a que ha sido conducido.

Trato de explicarles lo mejor que puedo que, en la coyuntura de los últimos años, la izquierda mexicana no puede identificarse con el PRD ni mucho menos reducirse a esta agrupación partidaria; que más bien, a últimas fechas, la energía transformadora de la izquierda se expresa principalmente en un vigoroso movimiento popular que lucha contra el régimen neoliberal, al margen de la estructura partidista tradicional, y que es liderada por Andrés Manuel López Obrador.

Insisto en suma en despejar lo que en mi opinión es una falacia promovida por los medios y sus comentaristas: que la izquierda atraviesa por su “peor momento” y ha dejado de ser una opción. Tal conclusión resulta de la costumbre de identificar fuerza política con estructura partidaria, sobre todo si posee aparato y registro. Este no es un buen método para abordar el asunto. Desde una perspectiva gramsciana, el verdadero partido no es sólo una institución, la organización técnica y sus aparatos, sino la fuerza social o el movimiento en el que encarna un proyecto: “todo el bloque social activo”. Es por esto, observa Gramsci, que un partido orgánico y fundamental puede aparecer como varias fracciones, “cada una de las cuales adopta el nombre de partido e incluso de partido independiente” (es el caso del PRI y el PAN), mientras el “estado mayor” intelectual y político del verdadero partido puede permanecer en la oscuridad. El que esos diversos “partidos” constituyen en realidad una unidad orgánica lo demuestra el hecho de que se acoplan inmediatamente en cuanto perciben un real antagonista al proyecto del que son expresiones.

Vistas así las cosas, el partido más poderoso de la izquierda hoy día es el movimiento que inspira y encabeza López Obrador. Pero no es el único; se deben considerar otras fuerzas (el zapatismo, etcétera) que alimentan el gran caudal de las izquierdas mexicanas. Es por no tener esto en cuenta, y estar con la vista fija en el PRD y en el juego de la fracciones partidarias, que el despliegue de fuerza y organización mostrado en la concentración del Zócalo, el pasado 25 de julio, produjo tanto desconcierto e incluso desazón en algunos sectores. Obstinadamente se negaron a reconocer el movimiento que crecía desde abajo, al margen de los partidos convencionales, y que, como dijo el poeta, “brota/ y se derrama y cruje como una vena rota”.

Mientras se repetían que AMLO y su movimiento se habían desgastado y que ya no eran una opción a tomar en cuenta, cerraron los ojos a los millones de “credencializados”, a los miles de comités creados en todo el país, a los millones de ejemplares del periódico Regeneración que circulan de familia en familia, a los círculos de reflexión; y sobre todo, minimizaron el crecimiento de un liderazgo con sólido perfil de honestidad, congruencia e identificación con los sectores populares (fruto de su conocimiento de primera mano de la realidad sociocultural del país). Considerando el nivel de organización logrado hasta ahora, su empuje y alcance nacional, se puede derivar una conclusión completamente distinta a la sombría apreciación inicial: comparativamente, la izquierda mexicana está hoy en uno de sus mejores momentos.

Sin duda, el desarrollo del movimiento ha sido estimulado por las políticas del actual gobierno, ajenas al interés general. Pero también, hay que decirlo, por la estrategia y las prácticas impulsadas por la llamada izquierda “moderna” que hoy controla el PRD. Aferrada a los tópicos de la socialdemocracia en su versión neoliberal, sin clara orientación social, apostando a las alianzas con fuerzas conservadoras que destruyen la diferencia, la importante “distinción” política por lo que hace al proyecto de país, esta “izquierda” ha caído en el descrédito (y no hablo aquí de la base del PRD). En la actual coyuntura, el movimiento social que se expresó en el Zócalo ha cumplido ya un vital papel: evitar la completa demolición del proyecto de la izquierda.

Alarmados por esta tendencia, algunos aseguran que AMLO cometió el error de abandonar el “centro” en 2006, y yerra al no buscarlo ahora (Denise Dresser dixit). Por centro entienden las posiciones y prácticas socialdemócratas que se estilan en Europa y en algunos países de América Latina (por ejemplo, Inglaterra, Alemania, Francia, Italia, Chile). Es ocultar que en esos países tales fuerzas, una por una, han perdido el poder precisamente por querer situarse en el peldaño que les marcó la derecha (que es siempre quien finalmente define el centro “políticamente correcto”).

La única posibilidad de que el movimiento de AMLO logre sus objetivos programáticos es que se mantenga alejado de ese falso centro (neoliberal, insensible a las necesidades de las mayorías y servidor de los grandes potentados). Y esto, no sólo por razones electoreras, sino por preceptos ético-políticos de los que no hay que desviarse ni un milímetro. Los comentaristas que se dedican a dar “consejos” a AMLO para que sea “moderado”, en realidad buscan que entre en la pendiente enjabonada de los acuerdos con los poderosos. Eso anularía cualquier cualidad innovadora en su proyecto. ¿De qué serviría que llegara así a la Presidencia, atado a grupos de intereses facciosos y por ello invalidado como gobernante para las mayorías? Eso, además, sería su muerte política ante los ojos de la mayoría de los mexicanos, como lo ha sido de la “izquierda moderna”.