Union Sovietica.

La bandera de la Union Sovietica.

sábado, 14 de mayo de 2011

Bildu, el camino.




El camino para lograr la independencia de Euskal herría es sumando todas la fuerzas sociales y políticas. La división, las acciones que resten, la imprudencia o la impaciencia caen en sentido contrario al objetivo esencial, esa independencia que tarde o temprano se conseguirá. Cierto que hay tropiezos, muros, incomprensiones, y mucha prisa en determinados agentes importantes en la consecución de esa independencia. Es lateral, alguien puede decir que no es válida esta observación, pero a riesgo de ser malinterpretada, en Escocia el partido para la independencia ha conseguido la mayoría absoluta, absoluta (¡quien los ha oído antes, cuánta labor callada para alcanzar este resultado!).
Es el camino. Basta con observar cómo se encorocan los fascistas en España. Cómo –sin tener en cuenta las consecuencias para sus propios intereses de clase- atacan a una institución como el Tribunal Constitucional (TC) a la que aplauden cuando cercena derechos y a la que condenan cuando sus sentencias no coinciden con sus postulados. Esta derecha fascista en España no cesa en su intención de que los conflictos –el conflicto vasco en primer lugar- permanezcan per saecula seculorum. Tengamos en cuenta que necesitan un enemigo interior, y que ese “enemigo” sea visto y aceptado como tal por millones de ciudadanos. Nada es el fascismo español sin ese enemigo, y poseyendo como es evidente los medios de “desinformación e intoxicación” de masas, el hecho de que se hayan variado las tesis y la estrategia de la confrontación llegando a ser validada por el TC debe ser aprovechada al ciento por ciento para impedir que los fascistas enreden a quienes les produzca urticaria que tengan que “pedir permiso” para trasladar la confrontación las instituciones. Se quiera o no, al vivir bajo un ordenamiento jurídico concreto como el actual –véase cómo tienen presos a activistas vascos por motivos políticos-, se ha de acomodar la actuación política a la realidad aprovechando cuantos resquicios permitan avanzar hacia el objetivo final. Esto es lo que encoroca a los españolistas.

Cuando se ve la sentencia del TC sobre la Agrupación Electoral Independiente de Zalduondo se aprecia una variación en la consideración del derecho fundamental al sufragio pasivo (poder ser elegido en las elecciones). El art. 44 de la LOEG es la madre del cordero, y la interpretación que ha hecho el TC para el caso de Zalduondo es igualmente válida para BILDU. En otras ocasiones hemos referido la inconstitucionalidad que se derivaba de que alguien por su trayectoria política fuera expulsado de las listas electorales y que se anulara la lista electoral completa –las listas electorales. Afirmábamos que proceder de este modo suponía colocarse en las tesis de la ley de Responsabilidades Políticas de febrero de 1939 (donde fueron condenados quienes antes habían pertenecido a un sindicato obrero, un partido democrático o hubiera un sencillo concejal en una aldea).

Que la inelegibilidad de un ciudadano para “siempre”, para toda la vida, no era presentable ni siquiera con la CE de 1978. La negación al derecho de participación política (ART. 23 de la CE) porque una vez –o cinco- fue concejal de una partido legal –aunque luego ilegalizado-, que se le niegue ese derecho fundamental porque hubiera sido detenido “oportunamente” por la policía, sin que de ello se derivara causa penal; que la sospecha de la Guardia Civil no es prueba suficiente; que la necesaria “trama y designio” de constituir una agrupación o una coalición con la intención de “suceder” a un partido ilegalizado es necesario que sea probado. Ha de ser probado, y aquí es donde el TC ha recogido la jurisprudencia propia (sus sentencias anteriores) y la ha aplicado echando por tierra las erradas consideraciones del Tribunal Supremo. Es terrible el trato que le da el TC al Tribunal supremo, señalando que es lamentable que no hayan tenido en cuenta –ya no los presupuestos constitucionales- sino sus propios argumentos conclusivos.

“La conclusión a la que llegamos es que no existe prueba con la intensidad suficiente” para demostrar que existe “trama” alguna para reconstituir el partido ilegalizado. Y esto lo dice el propio Tribunal Supremo. Y abunda un poco más en su incoherencia entre lo que afirma y lo que sentencia, hecho que si nos trasladamos al campo de la medicina sería como diagnosticar un catarro y aplicarle al enfermo radioterapia. Dice el propio TS “los esfuerzos del Ministerio Fiscal y de la Abogacía del Estado por aportar argumentos… sufren una ruptura o salto en el nexo deductivo desde la perspectiva de la circunstancias objetivas”. Más claro el agua. La pruebas que llevan a todo correr ante el TS, recogidas por la Guardia Civil y la Policía, no sirven para nada (vaya papelón, mejor se dedican a cultivar pimientos en Logroño como hizo Espartero). Primero dicen esto, y luego fallan en contra del derecho fundamental a la participación política. Sobre esto es sobre lo que –en técnica jurídica- se ha apoyado el TC para salvaguardar el derecho fundamental a la Agrupación de Zalduondo y –a falta de la publicación de la sentencia- de Bildu.

Decíamos que era el camino, porque en el resto del Estado español se mira desde los sectores sociales más avanzados y democráticos –excluimos a los partidos y organizaciones del Sistema- cómo hay que actuar para salir del marasmo, la apatía y el confusionismo en que se encuentra la izquierda en el resto de los pueblos. No nos alegremos por una sentencia, alegrémonos porque se abre ese camino que lleva a la casa, pero aún queda mucho trecho, y la impaciencia no es una buena compañera. Sabed que los fascistas esperan a la vuelta de la esquina, que aguarda el más mínimo desliz para conducir el conflicto al territorio que a ellos más les beneficia. Bildu, aurrerá.

sábado, 7 de mayo de 2011

La fuerza como la razon y la ley.



Razón, ley y fuerza como presuntos puntales del autoritarismo ya nada disfrazado: del haiga sido como haiga sido (del 2006) al haiga de ser como haiga de ser (de aquí al 2012, y lo que venga). Como aquel dictadorcillo fascistoide que dibujaba Palomo en tiras de humor político bajo el título de El cuarto Reich y que proponía, con ortografía a su gusto, gobernar con orden, onradez y ornato. Santísima trinidad pinolera en busca de justificar el horror en curso y de confrontar la protesta andante en su contra: dice Calderón tener de su lado la razón y (si esto no fuera suficiente) la ley y (si esto no fuera suficiente) la fuerza. Tres conceptos distintos y un solo motor verdadero: la fuerza. En realidad, el orden de ejecución ha sido y pretende seguir siendo el de Fuerza, Ley (a fuerza) y Razón (a fuerza): FuLeRa.

Desnudo político e ideológico a contrarritmo morelense: en la pista y dando vueltas al tubo oratorio, el jefe de la fuerza gobernante se despoja del ropaje falsamente democrático y elimina de un golpe las opciones políticas. Frente a la marcha por la paz y la justicia que ayer salió de Cuernavaca, el iracundo comandante Calderón da un manotazo en forma de discurso para dejar en claro que los militares seguirán actuando en las calles y que son malos mexicanos quienes pretenden regresarlos a los cuarteles y frenar las cascadas diarias de sangre y las carretadas de abusos e injusticias de la Fuerza (ahora sí en mayúscula, pues ha sido elevada a la categoría de filosofía política gobernante felipense).

Felipe encaramado en su caballito de madera dice a los mexicanos, "de buena o mala fe", que va a ganar la "guerra" y que lo que piden quienes se oponen a sus planes de campaña (militar y electoral, más lo segundo que lo primero, aunque no lo parezca) "no puede y no va a ocurrir". Felipe desmemoriadamente apocalíptico, que amenaza a los ciudadanos con la llegada de males mayúsculos que en realidad llevan largos años sucediendo. Nada de dejarles llanamente el paso a las gavillas de criminales, arenga, cuando eso sucede diariamente en varias ciudades y regiones del país. Felipe superblindado que se niega a la posibilidad de rendirse, claudicar y entregar el país, pues eso sería "abandonar a su suerte a las familias mexicanas, y que sobre las calles" transiten "criminales y gavillas asesinas de ambición incontrolable y de perfidia manifiesta". ¡Pero eso sucede ya, cotidiana e impunemente, y no sólo por causa de los delincuentes explícitos! Además, Felipe postula que si atendiera los reclamos sociales y retirara a las "fuerzas del orden" sería tanto como otorgar a esos criminales (los de los bandos narcotraficantes) "licencia abierta para secuestrar, extorsionar, e incluso matar a ciudadanos". ¡Pero eso ya sucede normalmente en muchos lugares, sin el "incluso"!

Felipe desesperado ante la posibilidad de que las protestas en su contra crezcan como nunca antes y que por ello declara extinguidos los procedimientos de la política (el análisis plural, la discusión, la concesión a los intereses de las otras partes, el entendimiento) y se aferra a la doctrina de la fuerza que desea que lo acompañe. Presunto presidente de todos los mexicanos que los divide en buenos y malos, en una tardía restauración de la teoría de los ejes del mal que en su momento hizo famoso otro gran pensador y pulcro gobernante, George W. Bush: "Los mexicanos de bien estamos en el mismo bando", dijo el comandante Calderón. Por tanto, todos quienes no están en su mismo bando son "mexicanos de mal". Felipe históricamente inescrupuloso que echó mano de la Batalla de Puebla para tratar de conceder a su "guerra" tintes heroicos al equiparar los momentos actuales con los vividos ante un invasor extranjero. Felipe que es miembro del mismo bando político e ideológico de quienes abrieron el paso a aquellos franceses pero fueron derrotados no por la derecha ni el conservadurismo, sino por el liberalismo. Panista bélico de hoy que echa mano del recuerdo del general Miguel Negrete para exhortar a que, poniendo la patria por encima de los partidos, lo apoyen a él, el generador de la terrible crisis sangrienta que lleva más de 40 mil muertos. ¡Uf, cuánta necesidad, explicable, de asirse a algo para no reconocer que se está en el vacío!

Así, con la doctrina de la Fuerza por delante, ya no es necesario fingir diálogos ni simular que se escucha y atiende a voces diversas. Ni pluralidad ni tolerancia: las cosas seguirán siendo como son porque así lo ha decidido personalmente el poseedor de la verdad oficial única, el ejecutor de las verdades bélicas reveladas, el profeta del desastre obligatorio, el irritado ocupante precarista de Los Pinos que ha saltado amenazante apenas al ver frente a sí la primera movilización no manipulable en su contra.

En tanto, la marcha encabezada por Javier Sicilia y Raúl Vera va de Cuernavaca a la ciudad de México, y en muchas otras ciudades, del país y del extranjero, se preparan manifestaciones públicas para el próximo domingo. Por cierto, quienes han impulsado la campaña de No más Sangre (los moneros, con Rius a la cabeza, entre otros) se reunirán el citado domingo 8 a las 11 de la mañana en la explanada del Palacio de Bellas Artes e invitan a participar en un curso exprés de elaboración de mantas, pancartas y consignas, para luego incorporarse a la marcha por la paz y la justicia. Un tecleador astillado no estará en el DF sino en Guadalajara, donde igualmente caminará. Todo aquel que esté en contra de la locura sangrienta que se ha impuesto al país y que se pretende sostener por muchos años más, haría bien en manifestar públicamente su protesta, aunque el jefe de la historia macabra amenace con el uso de la fuerza y clasifique a sus opositores de malos mexicanos. Caminemos.

Y, mientras Obama se ha decidido a retirar de México al embajador Pascual, y el PRD celebra cumpleaños con Ebrard proponiendo debatir con AMLO en octubre próximo.

martes, 3 de mayo de 2011

¿Premio Nobel de la Paz?.



Un reporte de AFP fechado en Washington este 2 de mayo, reproduce las partes significativas del discurso del Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunciando la muerte de Osama Bin Laden, líder de Al Qaida y responsable de los atentados causantes de la tragedia del 11 de septiembre de 2001.

Mr. Obma, inició: “Esta noche puedo anunciar al pueblo estadounidense y al mundo que Estados Unidos condujo una operación que acabó con Osama Bin Laden, el líder de Al Qaida, y el terrorista responsable del asesinato de miles de hombres inocentes, mujeres y niños”; y terminó diciendo: “[…] Y en noches como ésta, podemos decirles a las familias que perdieron seres queridos por el terrorismo de Al Qaida: se ha hecho justicia”.

(A decir verdad, acaba de ser eliminado una obra de pura cepa con el cuño del “Norte revuelto y brutal” —me recordó un colega. ¿Acaso se olvidó que Bin Laden resultó un engendro facturado por el Águila Imperial? ¡Que no caigan en saco roto las fundadas tesis según las cuales el derribo de las Torres Gemelas fue una autoagresión! —me acotó otro). Entretanto, agencias internacionales de noticias informaban del brutal asesinato de uno de los hijos del líder libio Muamar El Gadhafi, junto a tres de sus nietos menores, que se encontraban en una vivienda familiar en Trípoli, cuando esta fue objeto de un ataque de las fuerzas de la OTAN encabezadas por los yanquis, un reflejo inequívoco de cómo se manipula y viola la misma resolución 1973 que impusieron al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, con el pretexto de proteger las vidas de civiles. Ello recibió una condena enérgicamente —la asumo como propia— del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba, coincidiendo con el discurso del mandatario norteamericano.
Así, poco de extraño tienen que se trate del mismo Barck Obama que no movió ni un dedo para que se hiciera justicia con la versión de Bin Laden nombrada Luis Posada Carriles, el delincuente político que La Jornada de México, en su edición del 9 de abril último, lo caracterizó como “ex empleado de la CIA, veterano de la fallida invasión a Cuba, operativo de apoyo a la contra nicaragüense y acusado de ser el autor intelectual de los peores atentados terroristas en el continente americano […] absuelto hoy en un tribunal en El Paso, Texas, pero sólo por cargos relacionados con mentir a autoridades migratorias, y no por el largo historial por el cual aún es buscado por la justicia de Venezuela y otros países”.

Entonces, si bien puedo saludar el éxito del Presidente USA ante el líder de Al Qaida, sin pensarlo dos veces pregunto: ¿Cuándo se hará justicia con el peor Terrorista de Latinoamérica? ¿Por qué permanecen secuestrados los Cinco Auténticos Antiterroristas, a pesar de haber luchado para evitar actos vandálicos contra los pueblos cubano, estadounidense y de otras naciones?.